Flor d'ametler
NUESTRA HISTORIA Y HERENCIA.
Mallorca, por su clima y horografia, ideal para el cultivo de almendros
El creador
La historia de "Flor d’Ametler" se remonta a 70 años atrás, unos tiempos más tranquilos y sencillos en la isla de Mallorca.
El creador de este perfume tan singular creció en una zona rural totalmente intacta de la isla.
Así fue como, un día, Bernardo Vallori paseando bajo los almendros, empapado de su embriagadora fragancia, recordó a su madre y a su abuela cuando elaboraban sus propios perfumes macerando sus delicadas flores, junto al romero, la lavanda, la salvia y las mentas. Aquel aroma le hizo estremecer, sentimientos de amor, ternura, alegría, euforia y pasión se apoderaron de su cuerpo...
Mientras una idea se iba forjando en su mente.
Sus conocimientos y estudios de química los utilizaría para capturar aquel olor, con la ilusión puesta en que su aroma seria capaz de despertar los mejores sentimientos en aquellas personas que lo utilizaran.
Decidido a elaborar su perfume, no se conformó con verterlo en la botella. Aquel perfume hecho con las flores de almendro, flor de la esperanza y precursora de la primavera, sería como un mensaje de amor que correría por el mundo dentro de una botella, a la espera de ser abierto.
Que mejor que substituir el clásico pergamino de la botella por una flor, la misma flor con la que había confeccionado el perfume.
Nuestra historia a traves de los carteles promocionales
Mallorca
De este modo desde Mallorca, su isla, saldrían botellas a cualquier parte del mundo, con una flor natural, como mensaje permanente de esperanza y amor.
En la actualidad el perfume se elabora siguiendo el mismo procedimiento que se utilizó para su creación.
Cada año, en el mes de febrero, se repite el milagro de la floración del almendro. Como precursoras de la primavera sus flores obsequian a Mallorca con un blanco nevado, transformando su paisaje. Junto al manto de flores, un sutil y delicado aroma despierta el apetito de las primeras abejas.
En los días más soleados la familia, que guarda celosamente el secreto de la "Flor d’Ametler", recoge delicadamente las flores de almendro. No faltan ayudantes en esos días, pues a pesar del duro trabajo hay un ambiente de "fiesta".
Al mediodía los trabajadores se toman un descanso merecido para comer la tradicional paella cocinada al aire libre. Después del almuerzo comienza la selección individual de las flores de almendro, que se efectúa a mano y con el más minucioso cuidado, para luego conservarlas con el fin de que no pierdan nada de su frescor y fragancia. Se conservan en un líquido cuya composición es conocida por unas pocas personas y que contiene la esencia de la producción de los últimos años.
Así pues, la herencia pasa por una cadena ininterrumpida en la que las flores del año en curso se reservan para utilizarlas en la elaboración del perfume de los años siguientes.
“Un paseo bajo los almendros en flor un día soleado es uno de los mejores regalos de la naturaleza.”
El llenado de los frascos es otro procedimiento lento que requiere manos muy cuidadosas, una vez rellenado el frasco con el perfume, cada flor se saca individualmente del recipiente y se coloca con delicadeza en el cuello estrecho del frasco. Luego, con extremo cuidado se la deja caer dentro del frasco. El proceso culmina con la colocación de un vaporizador.
En todo este proceso se respeta minuciosamente la tradición. El negocio familiar de los perfumes ROVER guarda el secreto de su elaboración de "Flor d’Ametler" es una creación auténticamente Mallorquina que se fabrica de forma artesanal y en cantidades limitadas.
Su producción y elaboración hacen que este perfume único y verdaderamente exclusivo no puede encontrarse en ninguna otra parte del mundo.
Para la mujer que ha sido cautivada por la belleza de Mallorca, no existe mejor recuerdo de Mallorca que "Flor d’Ametler", ya que constituye la mismísima esencia de la isla.
Las primeras presentaciones